viernes, 30 de diciembre de 2016

FELICITACIÓN DE AÑO NUEVO



Otro año más y otra felicitación de año nuevo de esas que os gustan tanto. De esas en las que me pongo súper moñas y digo cosas maravillosas y estupendas de cada una de las personas que han marcado mi año. Y aunque este año no va a ser diferente, creo importante añadir una variante: fotos de este maravilloso año 2016.




Este año ha sido toda una montaña rusa: lleno de alegrías y de tristezas, de “enamoramientos” y corazones rotos, de borracheras tristes y borracheras felices, de viejos tropiezos y nuevas aventuras. Pero puedo decir, y estoy realmente orgullosa de ello, que en cada momento de este año, sin excepción alguna, he estado rodeada de personas maravillosas, de mi familia y de mis amigos, y es que mi vida no sería lo mismo sin ellos, que convierten mi vida en una aventura, en una película de amor, acción, aventura, fantasía y en muchas ocasiones, de miedo. 


¿Por quién empezar a felicitar? Nadie mejor que mis amores de la Avenida. Llevo con ellos desde 1º de la ESO, bueno con dos de ellos, porque Alba llegó en bachillerato. Y aunque no todos los años han sido fáciles y no siempre hemos sido los mejores de los amigos, ahora mismo puedo decir que no sería quien soy si no fuese por ellos. Los paseos hacia el instituto con Ramiro después de haber estado esperándole en la fría esquina minutos y minutos y minutos. Las risas y las locuras con Alba y Cristina. Y es que hemos pasado por tantos momentos juntos. La clase de matemáticas en la que nos rebelamos contra el profesor y no sabíamos qué hacer ni a dónde mirar. Las clases de arte en las que se liaba parda y las clases de geografía en la que Concha regañaba a todo el mundo menos a Cristina. Las clases de historia en las que el libro de Ramiro acababa en la mierda y yo sufriendo porque Cristina no dejaba de empujarme. El viaje a Italia. Mi corte de flequillo (o de pestañas según Cristina), con ese chorrito de sangre bajándome por la nariz. La broma de las gallegas, el robo de colchones, la noche de las sombras…Y todas las maravillosas quedadas que vinieron después del instituto. Las tapitas y las cervecitas y los cotilleos, los gritos en el McDonald’s que algún día nos echaran, todo es cuestión de tiempo, empujar la puerta de los platos rotos y casi romperla, porque se abría deslizando…Y lo que nos queda por vivir. Que aunque no nos veamos mucho porque somos personas súper megas ocupadas, nos queremos y nuestra amistad sobrevive a la distancia. 



Y dentro de este grupito, tengo que destacar a Cristina, que es de mis mejores amigas, como una hermana, con la que he compartido miles de locuras y aventuras. Porque sin ella mi vida sería realmente aburrida. Y este año ha estado en grandes momentos, desde el carnaval del cole, pasando por la fase del “celo” y el “cómo te atreves a volver”, hasta llegar al “aletea, aletea”. Decir que nos apuntamos al gimnasio y que nos encantaba ir a Zumba (especialmente a mí, ya sabemos las dos por qué), reírnos con la motivada y sufrir en Body Combat con la loca. Y aunque en muchas ocasiones nos falta tiempo para vernos, porque la universidad y el trabajo nos absorben la vida, siempre estamos ahí la una para la otra. Sea algo bueno o sea algo malo, se que siempre puedo contar contigo, y por eso eres tan importante para mí.







 
No hay mejor persona con la que continuar esta felicitación de año nuevo que con mi compañera de por vida, Alba Noa. Compañera de por vida porque ya son 19 años los que llevamos aguantándonos mutuamente, 19 años de risas, lágrimas y peleas. Y aunque no siempre hablemos ni nos veamos en siglos aún viviendo básicamente al lado la una de la otra, nuestra amistad nunca cambia, siempre es como si nos hubiésemos visto el día anterior, y creo que una amistad así es algo muy difícil de encontrar. Porque no es que tengamos muchas cosas en común, la verdad. Somos como dos caras de la misma moneda, como el día y la noche, la fiestera y la tranquila, la “exitosa” en el amor y la loser por excelencia, el punto y la i. Y a pesar de nuestras diferencias ahí seguimos, con nuestras tonterías, nuestras risas y las sobris. ¿Qué haría yo sin ti, reina? Fuiste testigo de mi primer gran pedo, soportaste mis gilipolleces, mi alma negra y mis llantos sin sentido. Y no sabes lo mucho que agradezco haberte tenido aquella noche. Por más locuras y viajes y por otros 19 años juntas.




Y aunque mi vida no sería lo mismo sin Alba, hay dos personas realmente fundamentales en mi vida. Dos personas que me han dado más de lo que podría llegar a desear. Dos personas que me han dado una nueva familia, un nuevo hogar, porque cuando estoy con ellos nada malo importa, porque es imposible estar de bajón a su alrededor. Hace ya 4 años desde que conocí a Marisa y a través de ella, a Nandito. Y aunque muchas veces maldigo a ese profe de matemáticas que me suspendió, si no hubiese sido por ese suspenso no me habría tenido que meter a Historia por hacer algo con mi vida. Y si no me hubiese metido a historia no habría conocido a personas tan maravillosas como Marisa y Fernando (entre otras a las que mencionaré después). En estos 4 años os habéis convertido no solo en mis dos mejores amigos, sino en mi hermana y en mi hermano. Sin vosotros quién sabe dónde estaría ahora mismo. Vosotros que aguantáis mis depresiones, mis alegrías y mis locuras. Nuestra diversidad y nuestra dislexia nos unen y nos dan grandes momentos. Para el resto del mundo podemos parecer unos bichos raros y puede que nuestras bromas no las pille todo el mundo, pero son nuestras y es lo importante. Gracias por todas las tardes de cine, por todas las aventuras vividas, todos los consejos y todas las sonrisas que ponéis en mi rostro. Ojalá que dentro de otros 4 años pueda seguir teniendo la suerte de teneros en mi vida. Hasta el año que viene. 


 
Y tal y como he dicho, en historia conocí a personas realmente maravillosas, no solo a Marisa y a Nandito. Conocí a mis lisiadas. Sandra, que eres mi media naranja, que sufrimos juntas por Stiles y por Pingüino. Me encanta pasar tiempo contigo, cotilleando y diciendo gilipolleces. Y debo decir que eres una de las pocas personas con las que no me cuesta mostrarme como soy, con todas mis frikadas (que son muchas) porque sé que tú nunca me juzgarías. Alicia o Makoto, como le gusta que la llamemos, a la cual no vemos mucho porque tiene una agenda más apretada que el papa o que incluso Obama. La primera persona en Historia con la que pude sacar mi vena friki, con Tsubasa y las historias sobre Kurogane (y su enorme espada). Y a través de Alicia conocí a Raquel, la pequeña del grupo, la directioner como yo, aunque ya no tanto porque están en la mierda (y porque ahora es mega fan de los coreanos). Raquel, ¿qué decir de Raquel? Persona indicada para hacerte selfies con papada, haciendo el gilipollas y perturbarla mientras come con miradas súper sensuales. Y aunque el grupo poco a poco parece ir disolviéndose sé que con vosotras siempre puedo contar. Al fin y al cabo, somos las fundadoras del grupo.




Y dentro del grupo de las lisiadas hay otra persona importante en mi vida. Probablemente una de las más importantes. Y esa no es otra que mi hermana, Cristina. Y es verdad que el 50% de mis interacciones con ella son gritos o peleas, y es verdad que me saca de quicio y yo a ella, y es verdad que a veces me gustaría matarla…Pero el otro 50% de las veces me rio con ella, con nuestras frikadas y nuestras bromas, aguanta mis locuras y mis fangirleos. Es cierto que siempre digo que el día que me vaya de casa me iré sola, no contigo, y aunque es verdad, te echaré mucho de menos. Porque con todas tus manías y todos mis desquicios, eres mi hermana y te quiero. A día de hoy puedo afirmar que no solo eres mi hermana, si no también mi amiga, y estoy muy orgullosa y feliz por ello, porque no mucha gente puede decir lo mismo. Muchas gracias por cuidarme, por quererme y por aguantarme, que yo intentaré seguir haciendo lo mismo por ti. 



Hay otras cinco personas muy importantes en mi vida, cinco amigos que llevan a mi lado un montón de tiempo (alguna más que otros, todo hay que decirlo). Y es que Lola me ha visto crecer prácticamente. ¿Qué puedo decir de Lola? Pues que tiene un pelo liso y sedoso que me encanta. Y, ahora hablando en serio, que es como una segunda hermana mayor. Una hermana mayor con la que no me enfado, claro, y con la que estoy siempre riéndome. Y ahora vienen mis chicos. A dos de ellos los conocí a través del WoW, y aunque algunas malas gentes intentaron separarnos, mirar donde estamos nosotros y donde está ella. Rubén, o como me gusta llamarle cariñosamente, “Ruby”, con el que he aprendido nuevo vocabulario, como “truñipótico” o “pupingótico”. Sergio, con el que he reído hasta llorar porque una sola mirada basta para que nos estemos descojonando. Y a partir de Sergio, a la Isa, que aunque no nos veamos mucho porque vive en Narnia ni tampoco hablemos mucho, no importa, porque cada vez que hablamos o nos vemos, es como si nos conociésemos de siempre (CARRRRRRRRRRRRRRRRRL). Ambos, Rubén y Sergio, han sido una parte muy importante en mi vida, y lo seguirán siendo, y gracias a ellos conocí a Isidro. Isidro, con el que a veces me enfado porque es muy plasta, pero que nadie da abrazos asfixiantes como él. Los 5 sois prácticamente parte de mi familia, y ojalá podamos seguir con nuestras tonterías muchos años más. 


 
Decir también que estoy muy orgullosa de mi carrera. Estoy aprendiendo cosas que jamás llegué a pensar que aprendería, y estoy conociendo personas maravillosas. Personas maravillosas como Itziar. Una persona con la que es imposible enfadarse, porque es demasiado adorable. Una persona que siempre está ahí para levantarme, que me hace llorar de risa y reír cuando estoy llorando. Esa persona con la que me marco karaokes Disney en clase y con la que no me importa disfrazarme porque si estoy con ella, sé que no tengo nada que temer ni de lo que avergonzarme. Y además, decir, que no solo es una manitas con las manualidades sino también en la cocina. Aparte de Itziar, he podido conocer a otras personas que han marcado mi vida, como a mis perrillas silvestres, a la gente de Pedagogía Terapéutica y a los de siempre, esos compis que han estado siempre ahí pero que no he tenido el placer de conocer hasta este año, y que estoy realmente feliz de poder compartir este año con ellos. 



Uno de los momentos más importantes que he vivido este año 2016, fue el concierto de Panic! At the Disco. He de reconocer que no hacía mucho que era fan, pero ya amaba al grupo con toda mi alma. Cuando vi que venían a España, y concretamente a Madrid me alegré pero a la vez me deprimí, porque no tenía a nadie con quién ir. Entonces apareció Ana, amiga de la WizardCon, que me dijo “si tu vas yo voy”. Y ahí estuvimos. Compramos las entradas, y pasamos un día tremendo. Tremendo por los nervios, porque íbamos a conocer a Brendon, tremendo porque tuvimos que hacer una cola durante 10000 horas rodeadas de adolescentes locas del coño. Pero todo mereció la pena, porque vimos a Puto Brendon a unos pocos metros de distancia, cantamos y bailamos (o lo intentamos) como locas, y puedo asegurar que ese día fue uno de los mejores de mi vida. Muchas gracias, Ana, por haberme dado ese día tan maravilloso y por ser una gran amiga. 





Por último, pero no menos importante, me gustaría destacar a mi familia y desearles un feliz año nuevo. A mis tíos y a mis tías, a mis primos y a mis primas, y a mi abuela, porque a pesar de la distancia y de no vernos muy a menudo, seguimos siendo una familia. Puede que no perfecta, pero nada en esta vida es perfecto. Las familias son caóticas, llenas de personas con diferentes mentalidades y opiniones, y a pesar de ello, llenas de amor y cariño. A mi padre, cuyas bromas y tonterías a veces pesan, pero que sigue haciéndome reír como si fuese una niña pequeña, del que sin duda alguna he heredado la bondad. El perdonar lo imperdonable y el soportar grandes faltas sin ofenderse o sin aparentarlo. A mi madre, de la cual he heredado la fortaleza. Porque no importa las veces que la vida nos dé la espalda ni la cantidad de motivos que tengamos para caernos y rendirnos, nosotras siempre seguimos adelante. El tragarnos las lágrimas de dolor por ver felices a los demás, el sacrificio de hacer las cosas por los demás aunque sean cosas que no nos aporten nada bueno. A mi tía Ana, otro ejemplo a seguir de mujer fuerte, que a pesar de todas las adversidades sigue adelante, luchando y sonriendo. Y a mi primo, Guillermo, que más que un primo ya es como un amigo. Aún recuerdo cuando éramos pequeños y le perseguía para que me diese un beso, y él huía porque yo era muy plasta. Quién nos ha visto y quién nos ve. 



Muchas gracias a todas aquellas personas que han formado parte de mi 2016, aquellas personas que han hecho de este año una aventura llena de risas y sorpresas. Muchas gracias y feliz año nuevo a todos.